Luis Fernando Camacho es un
héroe nacional en la reciente lucha por la democracia y junto a él, muchos
otros, como ser: Marco Antonio Pumari, Waldo Albarracin, Casimira Lema, Nelson
Condori, Edgar Villegas, Carlos Valverde, entre otros más, quienes aportaron cada uno en su
ámbito de aplicación, todo por el bien del país y de la sociedad; por lo tanto,
amerita y es necesario que se inserte en la historia de Bolivia estos hechos
sin precedentes y todos ellos queden perpetuados en la misma. La historia del
pueblo boliviano unido durante los 21 días de fe y coraje, deben ser narrados
por generaciones.
Ahora bien, existe otro
escenario en vigencia, esto es, el político. En ese ámbito, lo que gravita e
interesa es conocer la visión y propuesta de país que ofrezcan los políticos
que deseen gobernar.
Como vemos son dos
escenarios distintos, el primero fue la defensa de nuestras libertades, todos unidos
frente a un dictador; y, ahora el otro momento, son las elecciones generales
para decidir quién será el nuevo presidente del país.
Probablemente algunos dirán,
que lo uno no se hubiera logrado sin lo otro; sin bien podría ser cierto pero cada
escenario es totalmente distinto en tiempos y en esencia; por ejemplo,
en el último escenario (el actual) está circunscrito a gobernar un país y ahí,
el pueblo boliviano debe aprender la lección, esto es, de analizar
adecuadamente las propuestas y decidir: qué y a quién elegir, ya no se trata de
resistencia civil contra un dictador fraudulento.
Si bien se dice que el voto
es más visceral que racional; sin embargo, no podemos caer en la trampa de que porque casi todos lo hacen así, deba
ser tenido eso como bien, máxime si debido a ello, hemos padecido ingratas
experiencias.
Actualmente, la última
noticia que se tiene, es de gente molesta debido a la división de Camacho y de Pumari,
pues se considera que no existirá mayor unidad en un solo bloque opositor.
Al respecto, tengamos en
cuenta lo siguiente: para llegar a una verdadera unidad se requiere antes que
nada unidad de criterios y de convicciones en la visión y propuesta de país que
se debe proponer.
Preguntemos: ¿Qué país
desean o proponen?, ya no estamos hablando de repetir frases generales como “democracia”,
“libertad”, “coraje”, “justicia”, “paz”,
etc., sino de proponer visión de país.
Entendamos que no sólo es cuestión
de usar frases como federalismo o centralismo, para marcar determinadas posturas,
pues ellas sin sustento sólido carecen de plena relevancia; por lo tanto, debemos
preguntarnos, si existe en ellos (Camacho
o Pumari), la firme convicción y entendimiento para construir una verdadera
economía de mercado en una sociedad libre y democrática, resaltando la
importancia de la seguridad jurídica, la calidad institucional y la certidumbre
jurídica en la protección de los derechos individuales, en el rol limitado del
Estado, en las libertades económicas y en todo aquello que involucra poner en
funcionamiento el verdadero desarrollo de un país; pues para materializar
aquellas frases sueltas de democracia, justicia, libertad, paz social, etc., se
requiere asentarlas en bases sólidas de desarrollo que la viabilicen y
concreten.
En ese aspecto, por el
momento poco o nada sabemos de ambos; sin embargo, por su procedencia se
vislumbra notorias diferencias, esto es, por un lado, Santa Cruz proyecta el
desarrollo capitalista de Bolivia y por el otro, Potosí como minera, deprimida
y estatista. De allí la importancia de definir los roles del Estado que cada
uno proponga, pues son mundos completamente distintos.
El culto al estatismo ha
quedado demostrado que genera mayor burocracia, instaura fácilmente caudillos y
dictadores, crea clientelismo, mercantilismo estatal, amiguismo, más corrupción,
deprime ciudades, vulnera las libertades individuales, etc. Sin embargo, no nos
extrañemos ni nos sorprendamos, que aparecerán aquellos que no aprendieron la reciente lección
y seguirán siendo fanáticos por el estatismo.
Lo primordial para cualquier
candidatura política es estar discutiendo y estructurando un sólido programa de
gobierno y no caer en el error de que la clave es únicamente la ovación de las
masas y/o de las bases, pues para conformar un gabinete estatal se requiere unidad
de criterios y convicciones. Si tal situación no existe pues no tiene sentido
aferrarse a algo que son situaciones completamente distintas.
Dada la experiencia vivida,
el pueblo boliviano no debe perder su norte, especialmente en su rol de control
social.
Cada persona de manera individual es libre de decidir sobre su voto pero como organización civil debidamente estructurada debe evitar desnaturalizarse. Por ejemplo, las plataformas ciudadanas podrían convertirse a mediano o largo plazo en control social de los políticos, contra la corrupción y en especial buscar mayor eficiencia en el control hacia quienes se encuentren en la función pública; por lo tanto, no es aconsejable que las plataformas ciudadanas como tal apoyen a “X” o “Y” candidatos, obviamente sí podrían hacerlo a título personal cada persona o miembro si así lo desea, pero no a nombre de determinada plataforma ciudadana, insisto para no desnaturalizarla.
Cada persona de manera individual es libre de decidir sobre su voto pero como organización civil debidamente estructurada debe evitar desnaturalizarse. Por ejemplo, las plataformas ciudadanas podrían convertirse a mediano o largo plazo en control social de los políticos, contra la corrupción y en especial buscar mayor eficiencia en el control hacia quienes se encuentren en la función pública; por lo tanto, no es aconsejable que las plataformas ciudadanas como tal apoyen a “X” o “Y” candidatos, obviamente sí podrían hacerlo a título personal cada persona o miembro si así lo desea, pero no a nombre de determinada plataforma ciudadana, insisto para no desnaturalizarla.
Se avecinan tiempos de
ajustes que demandará la economía nacional y en consecuencia se requiere de
valientes decisiones técnicas adecuadas, honestas y transparentes para encarar
la tarea de gobernar con coherencia y eficacia.
Por lo tanto, lo que nos
queda como bolivianos es escuchar y conocer las propuestas de los candidatos,
la visión de país que proponen, pues de ellos saldrán las autoridades y los
servidores públicos que estarán a cargo.
Debemos decidir en base a la
experiencia vivida y de la manera menos emocional posible, y sobretodo jamás debemos
renunciar al control social, evitando el fanatismo hacia seres humanos o pretender
instaurar ídolos que luego pueden convertirse en dictadores carceleros, tropezándonos
nuevamente con similares piedras del pasado.