En estos momentos históricos, tensemos bien
la cuerda para caminar con pasos firmes, no rompamos la cuerda ni la dañemos.
¿Que la presidente candidatee?, muchos dirán que nada la impide. Lo más cuestionable de hacerlo es que olvida que el cargo que asumió tiene un principal propósito y la “garantía” para que existan unas elecciones verdaderamente libres y sin intromisiones que impliquen competencia desleal y abuso de poder, consiste en entender que la esencia de su actual cargo es circunstancial (art. 169-I de la Constitución), no es para aferrarse al poder.
¿Que la presidente candidatee?, muchos dirán que nada la impide. Lo más cuestionable de hacerlo es que olvida que el cargo que asumió tiene un principal propósito y la “garantía” para que existan unas elecciones verdaderamente libres y sin intromisiones que impliquen competencia desleal y abuso de poder, consiste en entender que la esencia de su actual cargo es circunstancial (art. 169-I de la Constitución), no es para aferrarse al poder.
Todos quienes abogamos con convicción
sumando fuerzas por un buen gobierno de transición, el cual pase a la historia
como incuestionable y de muy buena imagen tanto nacional como internacional, es
posible lograrlo siendo consistentes y consecuentes con los fundamentos y los
principios democráticos.
No se debe repetir la misma conducta perversa del anterior régimen de gobierno donde todo era abuso de poder, por lo pernicioso y nocivo que esto representa, dado que todo candidato oficial goza de enorme ventaja competitiva frente a los demás candidatos por cuanto tiene a su merced toda una maquinaria publicitaria, estatal, entre otras, resultando ser totalmente discriminatoria y vulneratoria de derechos y garantías constitucionales.
No se debe repetir la misma conducta perversa del anterior régimen de gobierno donde todo era abuso de poder, por lo pernicioso y nocivo que esto representa, dado que todo candidato oficial goza de enorme ventaja competitiva frente a los demás candidatos por cuanto tiene a su merced toda una maquinaria publicitaria, estatal, entre otras, resultando ser totalmente discriminatoria y vulneratoria de derechos y garantías constitucionales.
Además un gobierno de transición debe garantizar unas elecciones generales, no inmiscuirse en ellas pues al hacerlo, ya todo se mueve por cálculo político, no gobierna con firmeza en pro de su encargo principal (garantizar una transición pacífica, protegiendo al pueblo de grupos delictivos organizados que busquen convulsionar el país) y deja al pueblo a su suerte, debiendo éste último nuevamente salir en defensa de sus libertades.
No distorsionemos las cosas,
esto no es cuestión de machismo o feminismo, tampoco retornemos a las ideas
populistas, no la promovamos ni las alentemos.