Según informes especializados, el gran
problema del coronavirus no está en su mortalidad humana pues según datos
estadísticos indican que es muy baja (del 1 al 3%) y la misma se traduce según la demografía
de cada país siendo los adultos mayores el grupo de mayor riesgo. De allí que
no debe existir pánico en la sociedad pero tampoco debemos ser imprudentes
poniendo en riesgos a todos en especial a los más vulnerables.
Entonces el verdadero drama está en que aproximadamente el 15% de los afectados
van a necesitar de algún tipo de atención hospitalaria, desde lo más básico
hasta un respirador artificial y resulta que en general ningún sistema de salud,
sea privado o público, tiene capacidad de atender a todos ellos. Por eso con el
aislamiento se busca evitar que todos se enfermen al mismo tiempo, con lo cual
no se descarta que en algún momento, todos podríamos enfermarnos pero no al
mismo tiempo.
En el ámbito económico, es lógico suponer que
todo aislamiento absoluto (cuarentena total) provoca un impacto en la economía
y en las finanzas. Economistas, agencias internacionales y bancos de inversión
han advertido que una recesión económica global está en camino.
Advirtamos que en el mundo ya muchas empresas empezaron
a aplicar recortes, despidos o reducir sueldos y jornadas. En países como
Brasil, por ejemplo, ya se menciona que el coronavirus probablemente aniquile
más empresas que personas naturales, lo cual debe motivarnos a buscar medidas
ingeniosas acorde a nuestra realidad.
Ante esta preocupante situación, es hora que entre todos seamos más proactivos
y creativos, modulando los modos de hacer, de ser y de proceder que antes nos
eran muy habituales.
Los diferentes sectores productivos del país
con sus respectivos expertos y asesores economistas (Ej.: Confederación de
empresarios privados, CAINCO, CADEX, entre otros más) amerita que realicen propuestas,
sugiriendo medidas creativas que sean capaces de convertirse en políticas
económicas que mitiguen el impacto económico evitando caer en simples
especulaciones, en medidas populistas, estatismo y tampoco se debe desfallecer
desesperados con fatalismo total pesimista. No es cuestión de criticar y perder
el tiempo en vanas elucubraciones carentes de propuesta.
El gobierno central debe necesariamente
escuchar a los distintos representantes del sector empresarial, máxime si urge
una comisión de abastecimiento para la población durante y posterior al confinamiento
forzado. Es también el momento de una verdadera reforma tributaria encaminada hacia la eliminación de las exoneraciones
tributarias, ampliación de la base tributaria bajando significativamente las
tasas impositivas, luchando eficazmente contra la evasión y simplificando
sustancialmente los trámites administrativos no únicamente para el pago de
impuestos sino promoviendo tal situación para todo el aparataje estatal. Y así sucesivamente
que existan más propuestas que vayan sugiriendo los diferentes sectores
productivos del país en bloque.
Tengamos en cuenta que la economía jamás
mejorará si no hay trabajo ni productividad, es decir, mientras exista encierro
total por mucho tiempo más se acentuará la recesión económica.
Hasta que no exista la vacuna para este virus (el
cual es muy contagioso) es menester proteger a los adultos mayores mediante el aislamiento
asistido, mientras tanto, podríamos analizar mediante un equipo multidisciplinario, la factibilidad de que algunas actividades sean paralizadas por determinados
periodos posibilitando que paulatinamente varios sectores vuelvan a cada semana,
dejando para último momento el retorno de los niños (el uso de la educación virtual es fundamental en dicho proceso para primaria y secundaria, con el ajuste correspondiente del valor de las pensiones escolares. A diferencia de la etapa preescolar donde se debiera tener una mayor consideración tanto en lo económico - reducir las pensiones significativamente siendo realistas por el servicio proporcionado - como las pretensiones proyectadas para el nivel correspondiente, máxime si en esta etapa se miden determinadas situaciones de desarrollo que no pueden ser ofrecidas ni medidas en ambientes virtuales y son finalmente los padres los que tendrán la tarea de efectuar todo el proceso) y de igual forma las universidades en lo que concierne al
sistema presencial.
Aquellas zonas, barrios y/o ciudades más
afectadas podrían ser aisladas pero siempre volviendo después algunos sectores
a cada semana. De esa manera, si bien
podrá existir contagios (pues como dijimos, lamentablemente, los contagios podrían
ser inevitable) pero será a lo largo del tiempo pero no así todos al mismo
tiempo.
Ahora bien, advirtamos, toda crisis genera
oportunidades, es así por ejemplo, que ya no es novedad que varias empresas
según su rubro aplica el teletrabajo, potenciando
el uso de herramientas de comunicación como Skype, WhatsApp, Google Hangouts o el
uso de plataformas para webinars, videoconferencias (Zoom, Slack, Webex, Gotomeeting,
etc.). En este aspecto, es necesario exigir a las compañías que briden un mejor
servicio de internet pues ésta es clave para un buen desempeño.
Debe
incentivarse la formación online tanto en escuelas como universidades. Del
mismo modo, el trabajador debe ser capacitado para el uso de dicha tecnología y
las empresas contratar un buen proveedor de dichos servicios.
Es el momento de apostar por una economía del
conocimiento pero eso no llegará de un día para el otro, es con educación de
calidad y aprendizaje de tecnologías por ende es el momento de apuntalarlo con
una visión integral pues ésta abarca una variedad de rubros, entre ellas
empresas tecnológicas, de investigación y desarrollo, informáticas,
telecomunicaciones, nanotecnología, robótica, etc., siendo éstas generadoras de
empleos, exportaciones, crecimiento e impulsan a todos los sectores productivos
del presente y del futuro.
Existen otras iniciativas como las del economista salvadoreño Manuel Hinds, quien sugiere que los gobiernos
orienten su ayuda económica a mantener vivas las empresas que paguen el total,
o una parte suficiente, de los salarios a todos los trabajadores que tengan que
quedarse en la casa, por aislamiento personal o porque el gobierno ha ordenado
el cierre de sus actividades.
Hinds aduce que para lograr esto es necesario
que sean transferencias directas de dinero con exenciones temporales de
impuestos (asociadas con el número de empleados mantenidos en la inactividad)
pero que no generan deuda. Préstamos no tienen el efecto deseado porque cargan
a las empresas con mayores pesos financieros y disminuyen su capacidad de
mantener el empleo. Los instrumentos para transferir fiscalmente estos recursos
pueden discutirse después. Igualmente debe discutirse exhaustivamente la manera
en la que este, y otros procesos discutidos aquí, serían auditados.
Estas y otras propuestas más, deben ser puestas
en conocimiento público y el gobierno central analizarlas y generar políticas
económicas de forma pronta y oportuna, evitar caer en el populismo ni seguir
agigantando al Estado, lo cual implica mayor gasto público.