Recientemente tuve la grata experiencia de
participar conjuntamente con el Lic. Waldo López (economista) en el Anuario
2018 realizado por “El Deber” Radio. Conversamos sobre el Derecho Penal
Económico y de la Empresa, delitos financieros, delitos de corrupción con la especial
mención sobre el desfalco y la apropiación indebida de fondos financieros ocurrido
en el “Banco Unión” (sustracción de más de 37, 6 millones de bolivianos).
Cabe recordar que la Ley Nº 393 (Ley de Servicios
Financieros de fecha 21 de agosto de 2013) tiene la posibilidad de responsabilizar a las
personas jurídicas; sin embargo, en este caso en particular, no existe una
investigación penal bajo ese enfoque de responsabilidad siendo que se evidencia
la inexistencia de un programa de cumplimiento normativo (Corporate Compliance) al interior de la persona jurídica, la carencia
total de controles adecuados que eviten o minimicen la posibilidad de comisión
de delitos financieros, determinar el origen de los fondos apropiados indebidamente
además que no es posible que tales hechos delictivos sean cometidos "principalmente" por una
sola persona dentro de la entidad bancaria conforme a su organigrama y
estructura jerárquica.
La Ley Nº 393 en vigencia establece las siguientes
sanciones a las personas jurídicas: suspensión temporal de autorización para
apertura de nuevas oficinas, sucursales, agencias u otros puntos de atención al
público; prohibición temporal o definitiva para realizar determinadas
actividades; suspensión temporal o definitiva e inhabilitación de directores,
síndicos, gerentes, administradores y apoderados generales; y, revocatoria de
licencia de funcionamiento. La cancelación o revocatoria de la licencia de
funcionamiento de una entidad financiera así como la suspensión, prohibición e
inhabilitación definitiva del ente infractor.
El 2018 ha sido un año con muchos hechos de
violencia, corrupción, entre otras situaciones perversas pero a pesar de todo ello,
no debemos ver solo lo malo sino también tratar de rescatar algunos hechos
positivos, entre ellos, cabe resaltar el mayor compromiso que demostró la
sociedad sobre su propio destino contra el debilitamiento y el atropello a la
democracia, a los derechos y libertades individuales, marcando la ruta y la
agenda política; una muestra de aquello por ejemplo fue haber logrado en fecha 25
de enero de 2018, la abrogación del Código del Sistema Penal dada la amenaza
que la sociedad advirtió sobre dicho cuerpo normativo.
El 2019 sin duda alguna será un año eminentemente
político y probablemente con
complicaciones y distracciones por las elecciones generales; por lo
tanto, debemos tomar tiempo de calidad para evaluar nuestra situación actual y
asegurarnos que los hábitos que hemos permitido que tomen lugar en nuestra
vida, en verdad, nos estén llevando en la dirección correcta.
Debemos asegurarnos que los hábitos que tenemos
para pensar y para tomar decisiones son preactivos (consiste en prepararse para los cambios del futuro) y reactivos (buscar la mejor manera de reaccionar) a
los procesos de la vida.
Como ciudadanos nuestra brújula para dicho sendero es
la de incentivar y promover la individualidad, las libertades, la ética del
carácter y el espíritu crítico (que sean éstos
cada vez más fuertes basados en principios y valores morales para contrarrestar
y frenar los actos de tiranía además que posibilitan mayor dinamismo y flujo de
ideas, creatividad e innovación); proteger y defender las libertades
individuales y nuestros derechos; apostar por la educación de calidad con
integridad para alcanzar el desarrollo; ser solidarios y proactivos con los más
débiles frente al abuso de poder; mayor descentralización y división de poderes
públicos; más libertad económica sumado a un mayor control social a la función
pública.
La prosperidad no consiste únicamente en crecimiento económico y menos aún se debe confundir crecimiento con desarrollo. Como vemos es tarea de todos trabajar en los sustratos, en las bases que permiten el desarrollo y la prosperidad con integridad sin olvidar que la ética del carácter es la que permite gestar confiabilidad, la cual da lugar a la confianza. Confianza y confiabilidad son la base del liderazgo y son el fundamento de la efectividad verdadera.
La prosperidad no consiste únicamente en crecimiento económico y menos aún se debe confundir crecimiento con desarrollo. Como vemos es tarea de todos trabajar en los sustratos, en las bases que permiten el desarrollo y la prosperidad con integridad sin olvidar que la ética del carácter es la que permite gestar confiabilidad, la cual da lugar a la confianza. Confianza y confiabilidad son la base del liderazgo y son el fundamento de la efectividad verdadera.
Con Marcelo Huanca, Jefe de Prensa de "El Deber" Radio.
Con el Lic. Waldo López.