martes, 25 de diciembre de 2018

FELIZ NAVIDAD PARA TODOS!.

Ciro Añez Núñez


La celebración de la Navidad tiene un gran significado, es la conmemoración del nacimiento del Señor Jesucristo. Es un recordatorio por cuanto se desconoce la fecha exacta de su nacimiento pero sin duda alguna se tienen todos los antecedentes históricos sobre su existencia y su excelso paso en persona por este mundo.

Desde una perspectiva cristiana, el plan de Dios para la salvación de la humanidad comenzó con el nacimiento de Cristo. Sin eso, no habría habido crucifixión, ni resurrección, ni esperanza para la humanidad. La Navidad es mucho más que árboles, luces, regalos, comida, un encuentro familiar y fiestas.

Evitemos desplazar a Cristo de la Navidad, mantengámoslo a Jesucristo como el centro de nuestras celebraciones. La Biblia en Mateo 16:26 indica: «¿De qué les sirve ganarse el mundo entero y perder la vida eterna? ¿Habrá algún valor terrenal que compense la pérdida del alma?». Somos pecadores perdonados pero a Dios nadie lo engaña. Las bendiciones de Dios llegan por la obediencia no por el egoísmo, la vanidad ni el capricho.

La prosperidad no consiste únicamente en crecimiento económico y menos aún se debe confundir crecimiento con desarrollo. No caigamos en la trampa de la llamada “teología de la prosperidad” ni confundamos a Dios con un Banco, una billetera, un agente inmobiliario o nuestro esclavo, buscándolo únicamente por dinero o pensando que somos bendecidos por el dinero que ostentamos.

La grandeza humana no se mide por la prosperidad material ni la codicia tampoco por la vanidad de aparentar (lucirse) o de apantallar sino por la prosperidad espiritual. Seamos cristianos de fe y de convicción, démonos tiempo en oración para recordar la historia del nacimiento de Cristo, la importancia que representa en nuestras vidas, démosle gracias y alabémoslo por su salvación, que fortalezca el espíritu que nos dio: de valentía, poder, de amor y de dominio propio, para cumplir el propósito de nuestra vida en este mundo. No dejándonos vencer por el mal (la maldad, la opresión, la tiranía, el abuso de poder, etc.) sino venciendo el mal con el bien.

No estés triste, sé feliz!. La felicidad es una decisión no condicionada a las circunstancias. La Navidad es olvidarnos de nosotros y encontrar tiempo para los demás; es dar sin pensar en recibir; es felicidad porque vemos alegría en las personas; es deshacernos de lo que no importa y poner énfasis en los valores verdaderos. Cuanto más amor demos, más amor habrá para los demás. Que todos tengamos una Navidad llena de gozo, paz y amor!. Que la Navidad colme tu vida y llegue a cada rincón de tu hogar!.