Ya es hora que en las universidades públicas se acaben esas malas prácticas de la "procrastinación” (continua postergación en la atención de los asuntos por parte de sus autoridades que luego se agravan y causan mayores perjuicios) junto a las viejas mañas o tácticas del bloqueo, la violencia, las tomas de infraestructuras, los cierres de establecimientos, entre otras prácticas abusivas como mecanismos de presión y ventaja en la negociación, aplicadas por un determinado sector que afectan a toda una comunidad universitaria con la suspensión indefinida de las actividades académicas.
Las autonomías no deben ser degeneradas como licencia para la arbitrariedad y menos aún traducidas en anarquía o en autoritarismo. Existe una ausencia de cultura democrática.
Recientemente el Diario “Correo del Sur” dio a conocer que la Universidad Mayor, Real y Pontificia de San Francisco Xavier de Chuquisaca, solo funciona en promedio: tres días a la semana debido a los paros en torno a ítems y becas.
Si nos encontramos ante incumplimientos de obligaciones por parte de determinadas autoridades universitarias existen los mecanismos legales para cuestionarlos y si se desea cambios más estructurales pueden acudirse a ellos, mediante las vías correspondientes de reformas a los estatutos orgánicos, etc., pero no así mediante la suspensión de actividades académicas.
No puede ser que para todo reclamo se deba acudir a la tropelía perjudicando al resto en sus derechos. Si empezamos a justificar la anarquía haciendo comparaciones fuera de contexto se estaría justificando cualquier arbitrariedad.
El fin para todo ciudadano es la de implementar la más genuina de las democracias donde se garanticen y maximicen las libertades y la prosperidad integral a través del funcionamiento pacífico de la sociedad.
En sociedades donde la democracia es solo fachada todas las personas estamos expuestas al autoritarismo o a la anarquía.
No se puede hablar de democracia si no se parte de los derechos del ser humano como tampoco resultan imaginables los derechos del ser humano sin democracia; por lo tanto, la ética de la democracia viene a ser los derechos humanos.
Es menester que la sociedad civil tenga una verdadera cultura constitucional democrática en la protección y defensa de sus propios derechos porque de no hacerlo, por simple lógica y sentido común, fácilmente podría pasar de cómplice (en la inefectividad de sus derechos) a víctima.
Todo lo anteriormente dicho, como bien sabemos, requiere de un cambio de mentalidad pero no por ello vamos a quedarnos con los brazos cruzados a la espera de que eso ocurra o que pronto se abran las puertas de la universidad para dar continuidad al avance académico.
En pleno siglo XXI es
absurdo quedarnos totalmente pasivos y descuidarnos de la formación profesional.
Es necesario ser
propositivos y no simples espectadores. Entonces para minimizar aquel impacto
de la suspensión de clases, todas las universidades públicas deberían ser más
innovadoras, aplicando nuevos métodos de enseñanza aprendizaje, para ello
amerita potenciar la educación virtual y la aplicación de las TICs en la
educación superior, pudiendo existir continuidad en el avance académico en todas
las Facultades de las universidades públicas a través de plataformas virtuales como ser
Moodle, Schoology, etc., incentivando la lectura especializada, el control de
dichas lecturas mediante foros, cuestionarios, exámenes, etc.
Los estudiantes pueden
buscar información desde distintos ambientes virtuales, crear sus redes de
aprendizaje e información, acceder a páginas web especializadas con la
orientación del profesor, bajar un ebook, etc., obteniendo el estudiante la
habilidad de conectarse con las fuentes al conocimiento que se requiere. De esa
manera no sólo selecciona información de calidad dentro de la gran polución
informativa que existe en la red de Internet, sino que además el hecho de que
los estudiantes luego sugieran soluciones a los problemas planteados, están
logrando pasar de consumidores a productores de conocimiento.
Para que esto sea realidad se requiere de que todas las carreras universitarias tengan implementadas las dos modalidades
de estudios de manera complementarias y sincronizadas al mismo tiempo, es decir, los
estudiantes además de acudir a clases presenciales tengan acceso a la
plataforma y los docentes (debidamente capacitados) complementen el avance con mayor información y
dinámicas en entornos virtuales, por ejemplo: promoviendo los debates plenarios
mediante foros virtuales, desarrollo de wiki, uso de variadas herramientas
digitales destinadas al aprendizaje que están a disposición. Todo ello con la
firme convicción de que los estudiantes logren desarrollar competencias
tecnológicas en el uso y apropiación de las TIC que garanticen su desarrollo
individual y colectivo en términos de colaboración, evitando de esta manera, la
pasividad, la mediocridad o el simple conformismo reflejado en lamentos de estar impedido de asistir a clases presenciales.
Todo lo manifestado tiene como propósito advertir las múltiples posibilidades que existen en la formación o en el mejoramiento del conocimiento profesional siendo imprescindible la innovación del proceso formativo, no solo como reacción a los problemas de inactividad por tomas de predios universitarios sino como convicción en la formación de profesionales con vocación al servicio de la sociedad.
Todo lo manifestado tiene como propósito advertir las múltiples posibilidades que existen en la formación o en el mejoramiento del conocimiento profesional siendo imprescindible la innovación del proceso formativo, no solo como reacción a los problemas de inactividad por tomas de predios universitarios sino como convicción en la formación de profesionales con vocación al servicio de la sociedad.