martes, 15 de octubre de 2013

El pequeño dictador y los padres al poder.

Ciro Añez Núñez

Las noticias dan cuenta sobre el peligroso incremento de la delincuencia. Ya no es novedad escuchar la consumación de delitos porque éstos ocurren casi a diario.

Las asociaciones delictuosas están al orden del día y cada vez más la población siente el impacto de las pandillas juveniles.

Ya se han realizado varias cumbres departamentales y nacionales de alto nivel sobre inseguridad ciudadana; sin embargo, han quedado solo en discursos y en un manifiesto de buenas intenciones.

Es hora que entendamos que una sociedad no se cambia por decreto, leyes ni sentencias. El mejor combate a la delincuencia no se encuentra en los tiempos de los poderes: ejecutivo, legislativo o judicial sino más bien en el tiempo y en el rol de los padres (Vid. pág. 276 del libro “Los delitos de corrupción”, 2da. edición, Ed. El País, 2013).