lunes, 10 de febrero de 2014

Despidos indirectos en el ámbito escolar.

Ciro Añez Núñez.

Por el número de denuncias que existen a empleadores en el Ministerio de Trabajo se puede evidenciar que algunos patrones se han dado a la tarea de rebajar los sueldos de sus trabajadores sin cumplir siquiera con el preaviso de tres meses de anticipación lo cual implica despido indirecto e intempestivo del trabajador asalariado. También existen denuncias por retraso en el pago de los aportes de los trabajadores a las Administradoras de Fondos de Pensiones (AFP) y el incumplimiento en la entrega de subsidios maternos.

Esta maliciosa estrategia del despido indirecto e intempestivo juega también un rol psicológico pues el trabajador al verse sorprendido de esta ingrata noticia y en vista de que le resultará difícil conseguir un nuevo trabajo de forma inmediata (por ejemplo, esto puede ocurrirles a los profesores escolares de unidades educativas privadas, que ni bien empiezan las clases se dan cuenta de que su sueldo a enero les ha venido con una rebaja significativa y conseguir un nuevo trabajo es casi imposible pues los demás colegios también empezaron las clases y ya cuentan con un staff completo de profesores); por lo tanto, a éstos trabajadores no les queda otra que aceptar su nuevo salario rebajado y lo peor de todo es que además existen algunos empleadores perversos que todavía desinforman a sus trabajadores indicándoles que ellos no quieren despedirlos, incitándoles a que sea el trabajador quien renuncie y por consecuencia pierda su derecho al desahucio.

El trabajador merece un trato digno y por lo tanto, éste debe conocer sus derechos. Aquel trabajador que ha sido despedido de forma indirecta e intempestiva podría (si así lo desea) enviar una carta a su empleador con copia al Ministerio de Trabajo dando a conocer que han procedido a despedirlo intempestivamente, debiendo reclamar el pago de su finiquito con todos sus beneficios sociales (desahucio, indemnización, doble aguinaldo 2013, duodécima de aguinaldo 2014 y bonos de antigüedad), y en el supuesto de que en éste año existiera también  un doble aguinaldo éste será reintegrado de forma retroactiva y en duodécimas al trabajador; de lo contrario, el trabajador podría aceptar la rebaja de su salario previa liquidación y pago de un finiquito por el equivalente al sueldo rebajado.

Desde la perspectiva del empleador, esta situación puede deberse a varias causas o circunstancias, por ejemplo: a) porque existe una pésima administración financiera en el empleador; b) porque existe fraude fiscal y por ende fuertes deudas por pagar; y, c) existe la posibilidad de que sea un efecto del doble aguinaldo sumado a la incertidumbre que provoca de que este año exista un nuevo incremento salarial además de la inflación de precios que está experimentando la sociedad, lo cual motiva a que se vayan masificando los despidos indirectos.

Si algunos empleadores del ámbito educativo están tomando esta actitud con sus trabajadores no cabe duda de que más adelante esto se verá reflejado en la enseñanza aprendizaje de los estudiantes, pues aquellos profesores con bastante trayectoria que han invertido mucho tiempo y dinero en su preparación y poseen una familia que atender económicamente, queramos o no queramos difícilmente se quedaran en aquellas instituciones privadas por un bajo salario y con empleadores fraudulentos. 

Aquellas Unidades Escolares privadas donde sus ex alumnos ya no inscriben a sus hijos en dichos colegios, debiera llamar la atención a sus directores porque esa es una muestra clara de que no están cumpliendo con su labor y cualquier eslogan de gran familiaridad o supuesta calidad de enseñanza que pregonen bajo estas condiciones termina siendo un simple palabrerío.  

A manera de conclusión, resulta que algunas políticas económicas lejos de beneficiar a los trabajadores asalariados resultan siendo al final contraproducentes.