domingo, 22 de diciembre de 2019

La mentalidad populista el principal problema.


Ciro Añez Núñez.

El pueblo, para no dejarse engañar ni tropezarse con la misma o similar piedra (instauración de líderes mesiánicos, caudillos o inversionistas en torno al poder para expandir y cuidar primeramente sus negocios - business -), debemos evitar vivir tan sólo de ilusiones ni debemos caer en la idolatría hacia algún político.

No olvidemos que populismo implica demagogia en el poder y la demagogia es la sepultura de la democracia.

Es necesario que durante la campaña política, exista y se exija el debate o la lucha programática, no limitarse tan sólo a presenciar pedidos de voto útil, unidad en un solo bloque opositor, buscar y/o incentivar el voto agradecimiento, voto consigna, voto orgánico ni enfrascarse en sacarse entre ellos mismos la cresta o sus patrañas en asuntos personales, que dijo, no dijo y demás diretes, para el show, el circo, la novela politiquera que no son otra cosa que distracción para el pueblo.

Que los candidatos nos expliquen con propiedad y sólida convicción: ¿qué visión de país tienen?, ¿qué proponen?, ¿cuál es su programa de gobierno y cuáles son sus bases o fundamentos?. ¿Poseen una firme convicción y entendimiento para construir una verdadera economía de mercado en una sociedad libre y democrática, resaltando la importancia de la seguridad jurídica, la calidad institucional y la certidumbre jurídica en la protección de los derechos individuales, en el rol limitado del Estado, en las libertades económicas y en todo aquello que involucra poner en funcionamiento el verdadero desarrollo de un país?; o, proponen un estatismo, centralismo, mayor agigantamiento del Estado en detrimento o restricción de libertades individuales, promueven Estados niñeras, más impuestos, bonos por doquier (por todo y para todo) para crear más clientelismo, mercantilismo de Estado, etc., pues no sólo se trata de repetir frases sueltas de Bolivia unida, democracia, justicia, libertad, paz social, progreso, etc., se requiere necesariamente asentarlas en bases sólidas de desarrollo que la concreten.

Si volvemos a lo mismo de siempre, es decir: al voto emotivo o voto visceral, corremos mayor riesgo inminente de caer nuevamente en el populismo sea éste de Izquierda, de Derecha o del Medio, no habiendo aprendido nunca la lección. Y en consecuencia, el verdadero problema en realidad es desarraigar la "mentalidad populista" del pueblo. Esa debería ser nuestra principal tarea como bolivianos para lograr juntos un mejor país.