martes, 24 de septiembre de 2019

Santa Cruz, te queremos verde y blanco como tu bandera.


Ciro Añez Núñez.



Hoy recordamos con angustia y fortaleza nuestro aniversario por la gesta libertaria. No podemos ser indiferentes de habernos visto mermados tanto del verdor característico de nuestro Departamento como del color blanco que representa la pureza, no sólo del aire sino también del carácter sin afán de suntuosidad.

El daño está hecho aunque exista la tozudez de no declararse formalmente desastre nacional. Ante este panorama desolador, rodeados de cenizas y de árboles humeantes que disminuyen nuestra vitalidad, es momento de construir otro destino. Todos los bolivianos merecemos un mejor trato.

Basta ya de tanta impostura, cinismo, hipocresía, doble discursos, egolatría y reformas que no transforman nada; y, únicamente implican: distracción, egocentrismo,  depredación,  destrucción e idolatría (agigantamiento del Estado, ensalzando y saciando la gula del Leviatán, cual si fuese un dios, que a nombre de él se despliega el abuso de poder en todas sus manifestaciones), con la consecuente afectación a las libertades individuales.

Toda verdadera transformación no es externa sino interna. Todo cambio externo (de fachada) es simple reforma mientras que el cambio interno es verdaderamente capaz de producir transformación.

El verdadero cambio es a través de una regeneración por ende amerita una regeneración social, no sólo de la clase política sino de todos nosotros, los estantes y habitantes de este país.

Debemos con convicción evitar la pereza, envidia, avaricia, angurria, codicia y la instauración de regímenes violentos y dictatoriales, clientelismo, corrupción y perversión.

Es menester instruirnos, educarnos con calidad y excelencia en un mundo cambiante sin ser unos miserables engreídos petulantes, estar cada vez más y mejor informados, desarrollar la capacidad de discernimiento y de selección, valorando cada individuo su propia condición de prócer mientras dure su existencia temporal, defendiendo  y pregonando con valentía y sentido común,  las libertades individuales, la integridad y la honestidad;  actuando con solidaridad y verdadero compromiso social, para superar el miedo a los cambios sociales y evitar dejarse engañar por los falsos e hipócritas salvadores mesiánicos.

Todo ello se resume, haciendo efectivas aquellas estrofas de nuestro Himno Cruceño:

"Siempre libres cruceños, seamos,

cual lo son nuestras aves y flores,

y sepamos vencer los rigores

del que intente a la Patria oprimir".