La pandemia global Covid-19 está ocasionando un
doble shock, uno de oferta y otro de demanda, lo cual puede producir empobrecimiento.
No es que no exista producción por falta de incentivo sino que esto no es
posible porque no es permitido dada la urgencia sanitaria y la necesidad de
confinamiento general forzado.
Ahora bien, lo que debemos evitar a mediano o
largo plazo es la crisis financiera o crisis de liquidez pues si eso ocasiona
que existan bancos descapitalizados, esto podría generar quiebra del sistema
financiero, lo cual implicaría un grave daño.
De allí que se debe tomar buenas políticas económicas
y no creer que la solución está en tan solo imprimir papel moneda a montón.
En ese sentido, la política de estímulos focalizados
a agentes económicos concretos puede ayudar en contener la crisis financiera,
por ejemplo, eliminar las exoneraciones tributarias, bajar los impuestos (en
ningún momento estamos indicando que no se pague impuestos sino todo lo
contrario, es decir que todos paguen impuestos pero bajando la alícuota obviamente
después de un análisis de expertos y con mentalidad acorde a la realidad en que
actualmente se vive en el país y en el mundo), implementación del seguro de
desempleo (art. 45-III de la Constitución boliviana), aislamiento “asistido”
para los grupos más vulnerables junto al trabajo escalonado de los demás
sectores y por tiempo determinado con altas exigencias de bioseguridad, prohibición
de aglomeraciones, entre otras medidas, los cuales propongo en mis dos artículos
de opinión publicados en la prensa:
Esta propuesta obviamente funciona en la medida
que la parálisis de la producción no se prolongue por mucho tiempo pues luego
se requerirá de la importación. Si no producimos internamente y empezáramos a
importar caro, eso generará obviamente una inflación y, por ende, progresivo desabastecimiento,
por lo tanto, se debe evitar también esto último. Y allí son los expertos
economistas e ingenieros financieros quienes debieran ir visionando en la búsqueda
de evitar un mayor colapso catastrófico.
Estamos de acuerdo que la salud pública es prioridad pero tampoco dejemos el barco económico a la deriva ni
nos quedemos demasiados laxos ante los posibles futuros escenarios que no son nada
halagadores, sin incentivar el pánico sino más bien actuar de
forma prudente y oportuna, sin dejar para lo último el ámbito económico y
financiero o creer que todo se solucionará sin traumas en el camino. Es por
eso, que urge que los distintos agentes económicos conforme a su propia
realidad y con sus respectivas Cámaras, grupos empresariales, etc., deberían
ser cada vez más proactivos y empezar a proponer medidas serias, responsables y
creativas que busquen ir paliando su propia realidad.
Se debe necesariamente revisar el pasado (Ej.: la mal llamada “gripe española”- años
1918 y 1919 - , donde acorde a esa experiencia, se advierte el beneficio de las
políticas de contención sostenidas en el tiempo y deben mantenerse después de
que el pico de letalidad haya pasado), evitando cometer los errores anteriores
para mejorar el presente y avizorar un mejor futuro; por lo tanto, vivimos los momentos propicios de tomar la enseñanza, aprender, adaptarnos y cambiar para mejor.
Nunca debemos rendirnos pues sabemos que todas las crisis y las oportunidades siempre estarán presentes en la historia de la humanidad. ¡Circunstancias similares como éstas en otros tiempos han ocurrido y la humanidad salió adelante!.
*Asesor Legal Empresarial y Abogado de litigios.
En las finanzas del hogar, amerita que las familias hagan una diferenciación entre lo que pueden o no controlar y focalizarse específicamente en lo que sí pueden controlar, lo que está en sus manos, no perder el tiempo generándose altos niveles de stress en lo que no pueden controlar por ende deben hacer un reconocimiento de su verdadera situación, cómo están realmente de salud personal, familiar y financiera. Es necesario un cambio de mentalidad pues una vez detectadas las debilidades preparar un plan financiero estratégico que dé respuesta a esa realidad y para ello se requiere del trabajo colaborativo de todos los componentes de la familia, esto es, trabajando y aplicando aquel plan que se hubiera establecido en búsqueda de los resultados que permitan dar soluciones a sus problemas; y, finalmente, mientras vayan surgiendo los resultados, ir evaluándolos constantemente para hacer los debidos ajustes y correcciones pertinentes. Todo ello, sin dejar de ser prudentes, optimistas, generosos, valientes, disciplinados y persistentes.
Nunca debemos rendirnos pues sabemos que todas las crisis y las oportunidades siempre estarán presentes en la historia de la humanidad. ¡Circunstancias similares como éstas en otros tiempos han ocurrido y la humanidad salió adelante!.