Ciro Añez Núñez
Vivir en libertad es vivir acorde a nuestras decisiones (que incluye nuestras creencias) con sentido común y con responsabilidad. Libertad implica responsabilidad. Somos responsables de nuestras decisiones.
Ser feliz es también nuestra decisión, la cual es totalmente independiente a la envanecida categoría social que el ser humano alegue ostentar pues si bien el crecimiento económico es importante pero no es suficiente, hay que priorizar la felicidad.
Tener felicidad no se trata de métodos como la autosugestión (por el solo hecho de considerarse optimista o por hacer mediciones o ilógicas comparaciones en función a quien vive más tiempo que otras) o por creer que es cuestión de tener muchos amigos, por compartir o interactuar con todo tipo de gente, por la cultura, o por dar más poder al político, encumbrando Estados niñeras (provocando a que inventen más gasto público y burocracia, por ejemplo, bajo los rótulos de ministerios o secretarias de la felicidad o del vivir bien) que manipulen y controlen a los administrados bajo falsas creencias de la felicidad, invadiendo de esta manera los gobiernos, astuta y sigilosamente, la vida privada de las personas (quienes de forma irresponsable y carentes de sentido común, permiten voluntariamente que eso ocurra en sus vidas), restringiendo sus libertades y su autonomía en función a lo externo o mediante la distracción con una serie de pasatiempos, siendo que la felicidad es una disposición individual, una determinación (que decidimos tenerla), la cual se vive y se refleja e irradia en actitud y, quien decida tenerla, puede contagiarse de ella (si así lo desea) o, por el contrario, decide estancarse en su propio tormento plagado de prejuicios, rencores, envidia, toxicidad, negativismo y ausencia de sentido común.
La felicidad no está centrada en nuestras posesiones, condiciones, apariencias, experiencias, emociones, sentimientos, distracciones, entretenimientos o situaciones de la vida, sino en nuestra propia voluntad, por cuanto, ejerciendo nuestra libertad, “decidimos” ser felices.