Ciro Añez Núñez.
Hacer lo mismo y
esperar resultados diferentes, es locura. Es por eso, que la solución no
consiste en hacer lo mismo de siempre. Es decir, con huir no se soluciona nada,
al contrario, abandonándolo (a su país), complican más la
situación de sus propios países y la de los demás, a menos que se traten por
motivos humanitarios de catástrofes, de seguridad, destrucción, DD.HH. y
demográficas.
El consejo:
"quédense en sus países y transfórmenlos para bien", conlleva a
decir: edúquense (creen o desarrollen cosas con innovación e
integridad), mejoren como persona y eviten que sus países acaben
siendo Estados fallidos.
Cabe mencionar, que
los políticos o los llamados líderes (sin exonerarlos de sus
responsabilidades personales), emergen de su propia sociedad, son un
producto, una consecuencia de la sociedad de aquel país donde habitan y viven.
Existen quienes se mueven de por vida, con falsas creencias, esperanzados, de que por cuestión del azar, de la casualidad o por pura suerte nomás, así de por sí, surgirá en su sociedad, un "político o un outsider salvador, un líder político mesiánico", que vendrá a salvarlos a todos, pero si la sociedad (que es la sumatoria de individuos), en realidad, no desean auténticamente mejorar ni transformar sus propias vidas, obviamente, ese político o líder, como quieran llamarlo, será un reflejo de esa su sociedad. No hay ninguna novedad en ello. Lo que siembras, cosechas.
Por ejemplo, si en
una sociedad mediocre donde abunda la "corrupción" (cuya semilla
es la mentira y el engaño) y, casi todo lo consiguen, mediante
corrupción generalizada y desvergonzada (mediante los
"contactos", los privilegios, el soborno, el cohecho, los
porcentajes, la trampa, etc.), el político cínico les dirá a la gente, lo
que ellos (lo que la gente) quieren escuchar (es decir, tan
solo mentirles o engañarles), no les dirá jamás la verdad (solo
tratarán de atacar los síntomas de un problema y no las causas estructurales, puro
paliativos, como ser por Ej.: mayor endeudamiento, más déficit fiscal, más
empleados públicos, más Estado agigantado convertido en agencias de
empleos, cada vez menos libertad económica privada, con mayor control de divisas, cepos bancarios, más impuestos, etc.), tampoco dirán las correcciones (no les dirá que todos
deben ajustarse, que no es subvencionando todo sino achicando el tamaño del Estado,
menos gasto público y más meritocracia, que exista de forma real Derecho de
competencia, bajar los sueldos groseros en la función pública, que exista
rendición de cuentas, etc., eso no les dirán, ya que desean únicamente el voto, para luego, volverse más autoritarios) ni las prevenciones que se deben tomar.
En otras palabras,
no les importa el bienestar general ni los intereses generales sino solo los intereses económicos personales y/o de grupito (corrupción de amigotes,
el capitalismo clientelista, el de amiguetes).
Tener dinero no es
malo, el problema está en creer que el dinero te hace mejor que los demás. El
dinero (en sí mismo) no es execrable,
lo malo es "romantizar" tanto a la pobreza como al delito de
corrupción. Tampoco confundamos "éxito no es sinónimo de millonario".
Para ser millonario basta con tener un millón y si se trata de dinero basta con
conseguir ese dinero de cualquier manera (sea lícito, ilícito, corrupto,
arbitrario, abusivo, legal o ilegal, con engaños o mentiras) porque la palabra
millonario no exige más, mientras que éxito es el resultado de esfuerzo,
disciplina, ética y dedicación y puede ser reconocido sin necesidad de tener un
millón de dinero. El término “próspero” es el dicho de una cosa favorable y
propicia, pero ello, no significa, ser o no ser, mejor persona que otra ni
consiste en felicidad.
El vocablo “felicidad”
es definida (por la Real Academia
Española) como el estado de grata satisfacción espiritual y física, es
decir, conlleva una decisión personal de forma integral.
Con todo ello, la
solución, para las personas en su propios países, no es vivir bajo la esperanza
del "milagrito", que de la nada, aparecerá un político o un forastero
a salvarlos, tampoco consiste en salir huyendo, escaparse de su propio país,
peor sin que exista una transformación personal (sin dominio propio), pues
donde quieran que vayan, tan solo, son o serán, parte del engrosamiento de una
gran migración tóxica a los demás países del mundo, porque no es una cuestión
de lugar sino de mentalidad, si esa mentalidad individual facinerosa y
"corrupta", esto es, la "viveza criolla", no cambia, sin
importar el lugar donde estén o se encuentren, siempre buscarán la manera de
perjudicar al otro a través de la mentira y del engaño (el sacar
ventaja a todo siendo un farsante embustero); y, finalmente ocasionarse
perjuicio a sí mismo, como consecuencia de sus propios malos actos.
Todo lo expuesto,
no es cuestión de edad ni de género sino de sentido común, porque puede haber
gente que despotrica por todo el mal sinvergüenza reinante y existente en cada
país, pero tampoco desean admitir que en vida paran defendiendo la viveza
criolla, la cual, la llevan adentro y se manifiesta en ellos mismos, a cada
rato, es decir, son la personalización de lo que ellos critican, por ende, amerita necesariamente la transformación personal, si
realmente hablan de vivir bien.
De allí, el
mensaje: "quédense en sus países y transfórmelos", eviten que sus
países acaben siendo Estados fallidos, rehúsen (de forma individual) a
ser corruptos (puro amarres vía sobornos, cohechos, etc.), cínicos,
perversos facinerosos, que viven de la canonjía y de la mamandurria.
No alaben, no
admiren tampoco incentiven ni aplaudan al corrupto y al prebendario, por mucho
que estos se publiciten o se marqueteen con su derroche, creyendo que el dinero
lo es todo, sin importar la forma (acostumbrados a enriquecerse con la
mentira y el engaño, la publicidad engañosa, aprovechándose de la necesidad de
la gente, siendo abusivos, informales delictivos: contrabando, lavado de
dinero, estafa, etc.).
Esforcémonos por
mejorar en lo individual. Si deseamos evolucionar para bien, hagamos las cosas
bien y para hacerlo bien, no se logra sin previo involucramiento (desde lo
individual), es con observación, es con atención constante, es haciendo, es con
discernimiento y evolucionando. Con involucramiento absoluto en todo, la vida
florecerá.
Hagamos bien las
cosas, mientras dure nuestro tiempo asignado en este mundo. Lo que nos importa
de manera genuina, hagámoslo, sin dañar a los demás. Actuemos en la medida de
lo necesario. Rehusémonos a ser estafadores, mentirosos, maleantes, que ganan
dinero a costa de que otros pierdan, enfermando a los demás y demás actos
inicuos y pérfidos.
Seamos sinceros, conscientes y entendamos lo siguiente: nuestra vida se nos está acabando todo el tiempo. El tiempo se nos escapa y para todo ser viviente en este mundo, la muerte es inevitable, por lo tanto, invirtamos nuestro tiempo en cosas que importa, mientras estemos en este mundo, transformémonos, mejoremos como persona y trasformen sus propios países. No sólo es cuestión de criticar. El verdadero cambio empieza en lo personal, no en la verborrea envidiosa ni en retorica escritural (el papel todo aguanta). Nuestra vida se nos acaba, seamos mejores personas y transformemos nuestro entorno inmediato.