Ciro Añez Núñez
Como bien sabemos existen
múltiples estrategias de manipulación, como ser el uso del miedo; la
victimización; la distracción (los reality show mediáticos); el
inventarse o provocar problemas buscando una reacción para dar luego una
supuesta solución (adviértase, el político maniobrero, siempre se
muestra, ridículamente, como si fuese imprescindible en la vida de las personas
y para toda la humanidad. Es aquel, que en periodo de elecciones tiene
“soluciones” para todo y cuando está en el gobierno, tiene “problemas” para
ofrecer a todos).
Otras estrategias de
manipulación son: a) la gradualidad de las reformas malintencionadas que
se van imponiendo en el tiempo para que la gente vaya aceptándolas como
normales o comunes; b) diferir en el tiempo lo que es realmente importante y
urgente (esto es, bajar el déficit fiscal, resolver el problema del
déficit fiscal, dejar de gastar más de lo que ingresa, cambiar los hábitos,
disminuir el gasto público, achicar el tamaño del Estado el cual genera
demasiado gasto astronómico, etc.), nada de eso se hace, bajo el
engaño de que con ellos, se vienen días mejores, un mejor futuro, como si la
palabra “futuro” sea automáticamente sinónimo de bueno, mejor
y esperanzador; c) el uso de mensajes básicos, sencillos y elementales que sean
capaces de hurgar el ego y la codicia de la gente; d) buscar que la gente se
mueva más por emociones que por reflexión; e) no invertir en educación de
calidad (en la cultura y en la custodia de la salud; sino todo lo
contrario, confundir buena lectura, con estar distraídos en el teléfono
celular, frente al televisor o pasando horas mirando las redes sociales),
manteniendo a la gente con una mentalidad elemental, básica, vulgar y mediocre,
preocupada única y exclusivamente en hacer dinero como sea (de forma
totalmente desvergonzada, enriqueciéndose con la mentira, el engaño, el
narcotráfico, contrabando, corrupción, etc.), sin incentivar el
pensamiento analítico, crítico y reflexivo, consiguiendo de esa manera, más
adeptos al emprendimiento amañado, al empresario prebendario, al lavado del
dinero procedente de ilicitudes, entre otras modalidades más; f) la
autoculpabilidad: buscar que la gente se culpe a sí misma (que aduzca
que es una persona incapaz, pesimista o reclame al otro, de ser una persona
insuficiente, floja, inestable, etc.) sin culpar ni quejarse del
propio sistema mediocre, corrupto y clientelar, donde todo se mueve mediante
alijo, competencia desleal, tráfico de información privilegiada, facilismo disoluto mediante “contactos”, espionaje industrial y comercial, cohecho,
extorsión, prebendalismo, donde más valen los fundamentos del soborno que los
argumentos legales y veraces, etc.; g) la utilización de tecnología al servicio
del seguimiento, control y la manipulación, como ser el mal uso de la
inteligencia artificial, fake news en las redes sociales, apagones informáticos
o silencios informáticos, etc.; y, así muchos otros modelos sofisticados de
manipulación.
En la estrategia de la
politiquería manipuladora, el miedo es uno de los elementos más utilizados para
persuadir y manipular a las sociedades, por ejemplo, cuando se difunde de forma
aparentemente discreta, expresiones como: ¡algo "grande" va
suceder!; y, luego eso se va anunciando de manera generalizada, muchas veces es
porque en realidad, ya todo está cocinado desde hace mucho tiempo atrás, es
decir, es parte del espectáculo, y lo que se busca, es que la gente se
distraiga con todo ese reality show armado (el cual usualmente es
concertado entre los mismos responsables de la ruina), politizando
totalmente la vida de las personas con el riesgo de que éstas sean arrastradas
e instrumentalizadas para luego justificar ese supuesto “algo grande” que se
viene, responsabilizando a los ingenuos o incautos usados; y, no así a los
propios responsables de aquellas grandes crisis, logrando de esta manera, no
solo impunidad sino empernarse en el poder político, mediante el
“gatopardismo”, esto es, hablar de cambio sin cambiar nada, permaneciendo
intacta la posición de poder dentro del diseño institucional relevante para
obtener beneficios ilegítimos con una misma estructura estatal con gente afín a sus propósitos, los cuales llevan décadas en los cargos (con o sin el
uso de puertas giratorias en la función pública) y operan a través de redes
de poder (entre lo lícito y lo ilícito), cuya principal
función es proteger y mantener en la impunidad la corrupción funcional a su
grupo allegado.
Para mitigar toda esa
manipulación es evitando perder el sentido común, y uno de los principales
síntomas de pérdida de sentido común es caer en el fanatismo (ser
fanático), lo cual se exterioriza en persistir en un área que la persona
cree que domina, cuando en realidad, amerita que sea interdisciplinario para
ver el grafico más completo y no solo centrase en un píxel de la imagen, se
debe ver el panorama, todo el entorno; por ende, el fanatismo se
manifiesta cuando la persona no puede cambiar de opinión y tampoco quieren
cambiar de tema, solo desean escuchar lo que desean escuchar y/o consideran que
saben mucho al respecto.
Ahora bien, dado que el dinero
es importante como medio de intercambio y de allí que las personas enfocan toda
su vida y casi todos sus esfuerzos en obtenerlo; y, muchas veces hasta pierden
el sentido de vida por acumularlo, conlleva a que fácilmente sean manipulables
por el miedo a perderlo (perder dinero) y porque no desean
verse afectados en su burbuja vanidosa del supuesto estatus social, la fama, el
prestigio, la gloria, los privilegios, basando absurdamente su autoestima en
tener cosas, viviendo su tiempo asignado en este mundo, en permanentes
frustraciones por ellas.
En temas económicos
financieros, existen gobiernos que se aventuran pretendiendo controlar, al
mismo tiempo, tanto precio como cantidad, colocando un precio máximo a algo, lo
cual ocasiona, que luego eso deja de tenerlo (Ej: Argentina con la
nafta). Es decir, no se puede controlar al mismo tiempo, precio y
cantidad, porque simplemente nadie quiere vender por debajo del valor de
reposición o del valor que sospecha es la reposición.
Asimismo, para cualquier
Estado, lo peor de todo, es el déficit fiscal, esa es la enfermedad de los
Estados, donde muchos gobiernos se aplazan, pues si el déficit fiscal se
financia con reservas internacionales hasta el punto negativo de estar en
números rojos, obviamente, esto se relaciona con el dólar y éste empieza a
escasear. Si el déficit fiscal se financia con deuda, obviamente, se eleva la
tasa de interés; y, si bien podrán cambiar o aumentar de acreedores (Ej.:
países como China) pero eso en nada resuelve el problema, más por el
contrario, los agrava, ya que se suma también el déficit comercial; y, eso
conlleva a embargos, asumir más obligaciones en peores condiciones (Ej.:
te presta el acreedor con la constricción de que importes más de sus productos,
etc.), y si a ello, se agrega, los dogmatismos y fanatismos hacia
bandos de potencias acreedoras, acaban dichos gobiernos siendo títeres a los
intereses de dicho bando e incluso llevando a sus pueblos hacia la desgracia de
contiendas bélicas absurdas y perversas.
A la par, de la necesidad, de
resolver el déficit fiscal, la inversión es sustancial, pues si ésta va
acompañada de infraestructura otorga competitividad y crecimiento, pero para
que exista y/o se atraiga, inversión, es naturalmente inevitable que deba
existir verdaderamente: seguridad jurídica, certidumbre jurídica y seguridad
física, pues sin ellas, nadie invierte, por cuanto, lo incierto paraliza a las
personas, por lo tanto, es peor que lo malo.
Como vemos, en todo país, no
se trata de que la gente tenga que emigrar, creyendo que, con eso, van a estar
bien (sin antes cambiar verdaderamente de mentalidad), pues el
verdadero protagonista, en realidad, es quien invierte con integridad, el que
produce y puede realmente generar y dar empleos, no es pues, única y
exclusivamente, el político. Es cierto, que especialmente en Latinoamérica, las
personas son más manipuladas por emociones, afectando enormemente lo político
en sus vidas, pero la gente debe ser más inteligente, no tiene que ser siempre
así, no debe meterse ni fanatizarse de ese show que muchas veces, fabrican o
provocan, debido a los dogmatismos e insensatos apasionamientos.
Es notable, quien invierte con
ética. Es decir, estamos hablando de la importancia, de aquel que produce en
serio, sin ser prebendario, es quien debiera ser el protagonista en todo país,
debiéndosele alentar y proteger la libre empresa, propiedad privada, entre
otros, así como también, exigir ética en los negocios y competencia leal.
Se les debe quitar el pie, de
las perniciosas cargas abusivas que pesan sobre los particulares y son más bien
a los políticos, a quienes, ante todo, también se les debieran exigir más
responsabilidad (mayor control social contra la corrupción y que las
instituciones cumplan verdaderamente sus roles, como ser: rendir cuentas,
hacerles seguimientos de conducta y recuperación de los recursos del erario
público sonsacados en todos los niveles estatales), sin llegar a
fanatizarse con ellos; y, como sociedad, no politizar sus propias vidas individuales.
Y, si éstos (los
políticos maniobreros) desean pasársela todo el tiempo, distrayendo a
la gente, haciendo reality show entre ellos mismos, acompañados, con los
medios (quienes buscan intereses económicos por la publicidad mediática), desde
la perspectiva de los administrados electores (quienes elegimos), no
se debe ingresar en ese su juego de manipulación, que sean ellos mismos quienes
se las arreglen solos (no manipular ni dejarse manipular), pero
eso sí, estar siempre alertas, en no ser vulnerados los derechos, las
libertades individuales y exigirles que hagan sus tareas, como ser: resolver el
déficit fiscal, que quiten las trabas tanto al inversor como al emprendedor
ético, que brinden seguridad jurídica y física a su sociedad, libre empresa,
locomoción, fiscalizar, investigar y sancionar a los delincuentes, no
impunidad, entre otras obligaciones más.
Que cada persona, haga de manera libre y ética, conforme a los talentos que tenga y despliegue durante su existencia, controlando sus emociones sin acabar siendo víctima del entorno manipulador; que disfrute, su tiempo de vida y el estar vivo, acrecentando sus habilidades de forma honesta, en esa jornada continua hacia alcanzar sus metas predeterminadas acordes con sus dones, entendiendo que en términos de independencia financiera, no es más rico el que más tiene, sino el que menos necesita y realmente comprende, el valor de lo suficiente y lo necesario. Como diría Walt Whitman: "A mí juicio, el mejor gobierno es el que deja a la gente más tiempo en paz".